Al momento de concretar un alquiler o arriendo en Chile, es necesario firmar un contrato de arrendamiento, el cual permite establecer los derechos y usos de una propiedad.
En alguno caso, muchas personas compran un contrato de arrendamiento en una librería, o no realizan ninguno si la propiedad es de un amigo o familiar, sin embargo, no se recomienda esto, porque suelen arrepentirse la mayoría de arrendatarios y arrendadores cuando surgen problemas, como el incumplimiento del trato por alguna de las partes involucradas.
Es necesario, tener cuidado al elegir quién será el inquilino o al decidir dónde vivir, de esta manera dejar claras las reglas sobre las condiciones del arrendamiento a través de un documento formal: un contrato de arrendamiento.
¿Qué es un contrato de arrendamiento?
Un contrato de arrendamiento es un documento legal donde ambos contratantes se obligan recíprocamente, uno, a conceder el uso y goce temporal de una propiedad y, el otro, a pagar cierto precio por ello. Esto ayuda a proteger tanto al arrendatario como al arrendador, especialmente al dueño del inmueble, que es quien corre mayores riesgos.
Información incluida en el contrato
- Nombre y datos generales del propietario de la propiedad.
- Nombre y datos generales de la persona que habitará la propiedad.
- Ubicación y descripción del inmueble a arrendar.
- El propósito del contrato (dar en arrendamiento la propiedad).
- Domicilios del arrendador, del arrendatario y del aval o fiador, en caso de que este se incluya en el contrato.
- El monto a pagar por la renta, especificando la periodicidad (si es por mes, año u otro). También se debe indicar si el pago es por adelantado o por plazo vencido, incluir la penalización que deberá asumir el arrendatario si no paga a tiempo.
- El Reajuste del monto de la renta, la que puede ser, por ejemplo, de manera anual según las variaciones positivas del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
- Plazo del contrato. Existen contratos indefinidos sin fecha de término, temporales pactados mes a mes y contratos a plazo fijo donde se establece una fecha para el término del arrendamiento.
- Estipular si el pago se realizará con efectivo, cheque, depósito o transferencia electrónica. También se debe definir si se pagará en el domicilio arrendado, en el domicilio del arrendador, o el número de cuenta bancaria, según sea el caso.
- Si se realiza un depósito, que normalmente corresponde a un mes de arriendo y las condiciones necesarias para que se devuelva al arrendatario al terminar el contrato.
- La manutención de la vivienda, junto a los inventario y condiciones. Es importante enlistar lo que contiene el lugar arrendado, así como describir las condiciones físicas y legales en que se entrega, Es recomendable tomar fotografías que sirvan de respaldo a lo pactado.
- Uso y limitaciones de la propiedad. Se debe aclarar si se destinará para uso habitacional, comercial o de oficina. También se debe aclarar si estarán permitidas las mascotas, si hay horarios donde se permite mayor ruido, si existe la posibilidad de subarrendar, etcétera.
- Hay que establecer si el contrato es renovable o no, y las condiciones y el procedimiento para ello en caso de serlo.
- Establecer cómo se resolvería una disputa legal entre ambas partes en caso de que sea necesario. Esto incluye definir quién pagará los costos de los procedimientos legales, la jurisdicción donde se llevará a cabo la disputa y bajo qué código civil, la fecha del contrato y las firmas del arrendatario y del arrendador.
Formalización del contrato
Aunque la legislación chilena no obliga a escribir el contrato, como forma de prevenir conflictos y poder probar incumplimientos ante tribunales, lo aconsejable es formalizar el contrato de arrendamiento ante un notario.
Para realizar este procedimiento, se deben presentar ante los juzgados civiles o juzgados de letras de competencia común. El arrendador presentará un documento que demuestre que es el propietario del inmueble, ya sea con la escritura de compraventa o con un certificado de dominio vigente que se solicita en el Conservador de Bienes Raíces.
¿Quién paga el contrato?
En general, legalizar el contrato ante la notaría tiene un costo de $12.000 y, normalmente, es el arrendatario quien paga este trámite.